En México (y en casi todos los países de habla hispana) se conoce la tradición de las 12 uvas previo al Año Nuevo, pero hay distintas formas de que la suerte se mantenga de nuestro lado y que se practican en otras naciones, algunas muy lejanas. Si las uvas ya no te funcionan, tal vez quieras intentarlo de otras maneras.
La suerte es loca y a cualquiera le toca
Esconder el dinero abajo o dentro del colchón es un clásico para ahorrar, pero ¿bajo la alfombra? Los rumanos creen que si pones los billetes debajo de un tapete justo antes de la medianoche del 31 de diciembre, tendrás un año lleno de riquezas. Es una ceremonia que también se hace en otros países de Europa del este.
De hecho, los europeos son bastante supersticiosos, al grado de romper vajillas, platos, tazas y lo que encuentren en su alacena con tal de tener un año próspero. Una viejísima tradición italiana es tirar los objetos de la cocina por las ventanas de pisos superiores que, dicen, ahuyenta los malos augurios.
Los rumores decían que eran los daneses los que rompían platos para la buena suerte. En realidad lo que hacen es saltar de silla en silla instantes antes de la décima segunda campanada. Se piensa que al levantar los pies en los últimos momentos de diciembre, se dejan atrás los malos espíritus y se brinca sin cargas negativas hacia el nuevo año.
La fortuna de los que te acompañan
En otras culturas, velar por tu prójimo es sinónimo de que buenas cosas te pasarán. En Afganistán recomiendan que si desde el primer día de un nuevo año empiezas a realizar acciones caritativas, la fortuna te seguirá. Dato extra: asegúrate vestir siempre de verde, porque es el color en el que se manifiesta la suerte, de acuerdo a los afganos.
De las sociedades orientales, los chinos son los que más ritos de año nuevo tienen. La palabra “pez” en mandarín se pronuncia “yu”, que es la misma entonación para el concepto de prosperidad. En China, confían en que si compartes un enorme pescado en la comida junto a tus seres queridos, tus días se verán tapizados de abundancia espiritual y económica.
Pero si vivieras en Escocia, realmente te preocuparías por la primera persona que atraviese tu puerta el primero de enero. En las tierras del monstruo del lago Ness afirman que el primer invitado en tu casa en el inicio de nuevo año definirá tu suerte. Además, si tal individuo es alto y de cabello oscuro es una buena señal de que verás mejores días.
Nuevo año, nuevas oportunidades
Los griegos tienen una manera peculiar de llamar a la suerte: las familias se juntan en la víspera de Año Nuevo a jugar cartas. Durante las rondas, hacen apuestas simbólicas sobre su destino y, dependiendo del resultado, es cómo les irá en todo el año. La costumbre se remonta a tiempos remotos, ya que creen que los juegos también son excusa para unir a las personas.
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Olvídate de los tréboles de cuatro hojas y las patas de conejo, porque la suerte no llega sola: hay que salir a encontrarla.
Al final, no importa el lugar donde se celebre, al despedirse del año viejo lo que queremos es que nos vaya bien. Ya tienes varias ideas: aventar vasos por las ventanas, deleitar un buen pescado, u ocultar tu dinero bajo la alfombra. La suerte te encontrará a ti más pronto de lo que crees.
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